viernes, 15 de mayo de 2009

Sigue mi historia

La pérdida de mi hermana fué muy dura para mí.Me quedé tan sóla que me refugié en el estudio de piano y en mi hermana pequeña, pero como ésta solo tenía 10 años, apenas entendía mi pena. La lectura de la Bíblia y oración me confortaba. Un grupo de jovenes cristianas de La Coruña al saber la noticia se pusieron de acuerdo en escribirme y para mí fué un gran estímulo, sobre todo las preciosas cartas que me escribía una,llamada Felicidad Abrodos. Sus cartas eran un verdadero bálsamo para mí y su amistad se hizo tan fuerte que aún continúa después de tantos años., y sus cartas las conservo como un tesoro. Ella con su tía y primos se trasladó a vivir en Cataluña y allí se casó. Pasaron años, fueron a vivir a Brasil unos pocos años y la amistad como digo anteriormente sigue tan fuerte como entonces.
En el año 1943 o 44 no recuerdo con exactitud, empecé a ir a Castiñeiras a casa de mi abuelo a últimos de julio o primeros de agosto para ensayar el grupo de jovenes de la iglesia evangélica y allí durante varios años disfruté muchísimo. Tenía un coro precioso con muy buenas voces y buena disposicion por parte de todos y un chico llamado Benjamín Lago con un bajo impresionante.. Ahora vive en Buenos Aires y todos los veranos viene con su esposa y comentamos recordando aquellos años con nostalgia.

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